domingo, 7 de abril de 2013

Terminar una cena, recital o silencio. Dar la vuelta a la almohada para llorar completamente, para preñarla de pena en ambos lados. Y después la rotura de las vértebras que casi nadie vislumbra... acontecer tan sólo en la palabra.

2 comentarios:

  1. No he entendido nada. Pero claro, ahí también está lo bonito, en hacerlo difícil... en el "quien quiera entender que entienda" o en el que cada uno pueda entender algo diferente.

    Si es que me encanta este blog...jejej

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  2. :)

    Y a mí me encanta ver que de vez en cuando sacas tiempo para pasar por aquí.

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