domingo, 14 de julio de 2013

La ligereza sobre los hombros, el pensamiento despejado, algunos recuerdos que descansan en un lugar sin luz, esperando a que seas capaz de mirarlos sin cegarte. No siempre cerrar maletas significa cerrar etapas pero a veces sucede que lo que espera más allá de las terminales de aeropuertos alberga un futuro hasta entonces insospechado. Puedes extender las manos e intentar abarcarlo, pero siempre, siempre, excederá tu capacidad. Sin embargo, te permitirá también percibir la esperanza que queda justo al otro lado, atisbar el cese de tantas cosas que hoy por hoy es imposible que nombres sin vértigo. Te brindará la oportunidad de curar, de crear, de contemplarte sin tanto barro en los zapatos para marchar sin peso. Entonces, en ese único punto, cerrar maletas sí significará cerrar etapas y habrá algunas en las que convendrá tirar para siempre la llave del candado.


Fotografía de Alfredo Gómez



2 comentarios:

  1. Sin billete ni casa pero con ganas inmensas ganas de cerrar maletas. "Atisbar el cese de tantas cosas que hoy por hoy es imposible que nombres sin vértigo" y liberarse de todo (o no). Yo más que barro en los zapatos estoy un poco estancada; a ver si todo fluye. Me hace falta un torrente de "cambios", de "nuevo", de "ausencias" y "presencias". ¡¡Cerremos ya las maletas!!

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  2. Seguro que fluye. Yo ya las he cerrado. Ahora están aquí vacías, con un montón de huecos que llenar. ¡¡¡ Mucha suerte !!! Un abrazo fuerte, Andrea.

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